Rodrigo Paz elegido presidente de Bolivia, poniendo fin a casi 20 años de gobierno socialista
- Marina Chauffaille

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Marina Chauffaille
Life News Today
LA PAZ, Bolivia (21 de octubre de 2025) — Rodrigo Paz ganó la segunda vuelta presidencial de Bolivia, poniendo fin a casi dos décadas de liderazgo del Movimiento al Socialismo (MAS). Está programado para asumir el cargo el 8 de noviembre.
La elección, supervisada por el Tribunal Supremo Electoral, siguió a una ronda anterior el 17 de agosto cuando ningún candidato alcanzó la mayoría necesaria para evitar una segunda vuelta. Paz lideró esa votación con alrededor del 32%, mientras que el MAS terminó en un solo dígito por primera vez desde 2005. En la contienda del 19 de octubre, Paz, de 58 años, ganó con alrededor del 53% de los votos, derrotando al expresidente Jorge "Tuto" Quiroga, quien quedó atrás con aproximadamente el 47%. Quiroga, de 65 años, expresidente de 2001 a 2002, hizo campaña sobre la austeridad y la moderación del gasto, pero su mensaje no logró conectar con los votantes preocupados por el costo de vida. El resultado marcó un cambio político importante a medida que los votantes buscaban estabilidad y cambio después de años de dificultades económicas. La participación fue alta en todo el país, lo que refleja la larga tradición de compromiso cívico de Bolivia. La segunda vuelta fue en gran medida pacífica, aparte de retrasos menores en las provincias rurales, y las autoridades dijeron que la entrega de las papeletas se completó según lo previsto sin que se reportaran incidentes importantes.

Bolivia, oficialmente el Estado Plurinacional de Bolivia, alberga a 11 millones de personas y 7,9 millones de votantes registrados. La nación andina sin salida al mar comparte fronteras con Brasil, Paraguay, Argentina, Chile y Perú. Se independizó de España en 1825 y desde entonces ha experimentado períodos de gobierno militar, auges impulsados por los recursos y movimientos de reforma social que dieron forma a su identidad moderna.
Rodrigo Paz, de 58 años, nació en Santiago de Compostela, España, mientras que su padre, el expresidente Jaime Paz Zamora, vivió en el extranjero durante el período de gobierno militar de Bolivia. Jaime Paz Zamora, cofundador del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, se exilió después del golpe de Estado de 1971. El golpe, encabezado por el general Hugo Banzer Suárez, derrocó al presidente Juan José Torres y puso fin al gobierno electoral durante más de una década. Zamora regresó a Bolivia en 1982 después de que las elecciones nacionales pusieran fin al gobierno militar y restablecieran el liderazgo basado en las elecciones. Más tarde se desempeñó como presidente de 1989 a 1993. El hijo de Zamora, Rodrigo Paz, ahora actual presidente electo, estudió relaciones internacionales y economía en la Universidad Americana de Washington, D.C., antes de comenzar su carrera política representando a Tarija en la Cámara de Diputados en 2002. Más tarde se desempeñó como alcalde de Tarija de 2015 a 2020 y fue elegido senador en 2020.
El MAS, fundado por el expresidente Evo Morales a fines de la década de 1990 y luego dirigido por su aliado Luis Arce, remodeló la dirección política y económica de Bolivia. Surgido de los sindicatos y los movimientos indígenas, el partido ganó poder en 2006 al nacionalizar los recursos energéticos y expandir los programas de bienestar social.

Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran que entre 2006 y 2014, los altos precios del gas natural impulsaron un rápido crecimiento y ayudaron a reducir la pobreza. La economía se volvió cada vez más dependiente de las exportaciones de gas a Brasil y Argentina, que suministraban la mayor parte de los ingresos extranjeros de Bolivia. Cuando los precios cayeron después de 2015, los ingresos por exportaciones disminuyeron y los déficits fiscales se ampliaron. Para 2020, los datos del INE mostraron una inflación superior al 20% y la producción de gas en su nivel más bajo en más de una década, erosionando el apoyo al MAS tanto entre los trabajadores urbanos como entre los agricultores rurales que habían formado su base central.
La economía sigue dependiendo en gran medida de materias primas como el gas, el zinc, la plata y el litio. A pesar de una tasa de alfabetización superior al 90% y una fuerte participación cívica, el aumento de la inflación, la escasez de divisas y la presión sobre las finanzas públicas han puesto a prueba a los hogares y las pequeñas empresas en todo el país.
El equipo de transición de Paz ha publicado declaraciones en las que describe los planes para invertir en infraestructura, ampliar las exportaciones más allá del gas y estabilizar la moneda nacional para contener la inflación. Los sectores energético y minero de Bolivia siguen siendo fundamentales para su economía. El país posee algunas de las reservas de litio más grandes del mundo, y Paz ha dicho que apoyará empresas conjuntas para expandir la producción mientras mantiene la propiedad estatal de los recursos naturales. También planea crear empleos a través del apoyo a las pequeñas empresas y la capacitación técnica. La victoria de Paz ha sido reconocida por los gobiernos regionales y los socios internacionales. Estados Unidos y la Unión Europea describieron las elecciones como ordenadas y transparentes.

Para Bolivia, cierra casi dos décadas de gobierno de partido único y abre un nuevo capítulo moldeado por sus votantes. Las promesas que se avecinan no se medirán en palabras, sino en el precio de los alimentos, el peso del trabajo y si el cambio por el que votaron se siente real en su vida diaria.





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